LA LEY DE LA ARTERIA
” En el año 1874 anuncié que una arteria obstruida era el inicio para que en una hora y un minuto la enfermedad empezara a plantar sus semillas de la destrucción en el cuerpo humano.
Que en ningún caso esto sería posible sin una suspensión o ruptura de la circulación arterial, que por naturaleza tiene como propósito abastecer y nutrir a cada nervio, ligamento, músculo, piel, hueso y a la misma arteria.
Aquel que quiera solventar con éxito el problema de la enfermedad o algún tipo de deformidad, en todos los casos, sin excepción alguna, se encontrará con una o más obstrucciones en alguna vena o arteria.
En los primeros días esta filosofía me solucionó el problema de crecimientos anormales que se solucionaron gracias a la restauración de un flujo arterial normal, que cuando está equilibrado lleva la sangre a la circulación venosa para el proceso de retorno y renovación después que el proceso de renovación se ha completado en los pulmones, los excretores, y sistema poroso. La fiebre, disentería, dolor de cabeza, problemas cardíacos y pulmonares, sarampión, paperas, y tos ferina, y todas las enfermedades que he tratado a partir de ese momento han demostrado que no hay excepción alguna a esta Ley. La ley de la arteria es absoluta, universal, y debe ser inquebrantable, o la enfermedad será el resultado.
Anuncié que las capacidades de todos los nervios dependen por completo del sistema arterial, tales como las sensaciones, el alimento y el movimiento, y además, gracias a la ley de la reciprocidad ellos proporcionan la fuerza, alimento y las sensación a la misma arteria, y yendo más allá proclamé que el cuerpo del hombre es la farmacia de Dios en el cual se encuentran todos los líquidos, drogas, aceites lubricantes, opiáceos, ácidos y antiácidos, y todo tipo de droga que la sabiduría de Dios pensó que era necesaria para que el hombre pudiera vivir feliz y en salud.”
A.T Still.
“Autobiografía”. Cap XIII.
Como podemos leer en el texto, extraído de la Autobiografía de Still, concluimos que hay que introducir en la sesión, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento una valoración y ajuste si es necesario en el campo vascular, generalmente en el arterial, que es el que abastece a los tejidos de sangre limpia, oxigenada.
He de reconocer que hasta hace pocos años no utilizaba ninguna técnica, ni de diagnóstico ni tampoco de tratamiento en el campo vascular, de manera que lo obviaba. Esto actualmente ha cambiado, lo he introducido en mi modus operandi y realmente existen buenos resultados en diferentes tratamientos, en diferentes dolencias como en tendinitis de hombro, de rodilla, problemas digestivos..
Desde aquí, con humildad, a todos los terapéutas que se interesen por estas líneas, les invito a que busquen restricciones en el campo vascular y que intenten liberar aquellas arterias que estén con una limitación en su flujo, notarán cambios en la tensión de los tejidos no sólo de la zona sino del conjunto de todo el cuerpo.